intradérmica

La acupuntura intradérmica

La acupuntura intradérmica (AID) trabaja con unas pequeñas piezas, es decir, con unas agujas de mínimo grosor y de una longitud variable que son empleadas para producir un estímulo permanente de media-baja intensidad. La técnica de “hinaishin” consiste en colocar uno o más agujas de escasa longitud (3 mm) y mínimo grosor en la piel, dejando la cabeza fuera de ésta, a una profundidad de unos 2 mm, en determinados puntos con un efecto analgésico y terapéutico.

La acupuntura intradérmica queda inmovilizada en la piel a fin de que se produzca el efecto terapéutico durante un periodo de tiempo no mayor a 15 días. El  tratamiento con acupuntura intradérmica no produce dolor, ni puede ocasionar ningún tipo de riesgo, enfermedad o efectos adversos para quien lo recibe.  A diferencia de la acupuntura tradicional que todos conocemos en la que su técnica se fundamenta en una estimulación muy intensa, corta y con punción  vertical profunda, la acupuntura intradérmica propone una estimulación suave, de  duración extensa y dulce en la piel que ha mejorado de manera notable la terapéutica de la acupuntura tradicional.

Con esta técnica podemos tratar cualquier desequilibrio físico, mental y de los órganos.